En algún momento nos hemos fijado en los guías y los instructores de buceo con envidia y ligeras sospechas; deben tener escondidas un par de branquias en algún lugar bajo ese equipo tan perfectamente configurado – ¿de qué otra forma podría alguien respirar tan poco? Y todos sabemos que la pregunta temida cuando volvemos de una inmersión es: “¿Con cuánto aire has salido?”
La buena noticia es que si te sientes uno de los que siempre levanta el pulgar antes que nadie, hay muchas cosas que puedes hacer para mejorar tu consumo de aire y hacer que tus inmersiones duren más:
#1 Flotabilidad y Lastrado: domina tu flotabilidad neutra comprobando el lastre y asegúrate de que lo tienes perfectamente equilibrado. Luchar con problemas de flotabilidad supone mucho esfuerzo y poner y quitar aire del chaleco constante e innecesariamente agota con rapidez tu suministro de aire.
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#2 – Haz la revisión de tu Equipo: asegúrate de comprobar con regularidad cualquier fuga en tu equipo (por ejemplo, las juntas tóricas deterioradas de tu primera etapa/soporte de la grifería son una causa común de burbujas de aire) – y lleva tu equipo a revisar regularmente.
#3 – Configura tu Equipo: experimenta diferentes formas de configuración hasta que tu posición en el agua quede tan horizontal como sea posible. Ello te mantendrá hidrodinámico en el agua y tendrás que esforzarte menos al bucear.
#4 – Hazte Pequeño: cuando lleves repuestos, utiliza accesorios diseñados para llevar en los bolsillos, Reducir los bultos de tus bolsillos te mantendrá también hidrodinámico.
#5 – Relax: quizás el factor más importante – reduce tu estrés y simplemente disfruta del paseo; al reducir tu carga de tareas bajo el agua, reducirás enormemente tu consumo de aire.
#6 – Ve Despacio: el hacer movimientos tranquilos, lentos y deliberados te ayudará a mantener el ritmo respiratorio bajo control, por lo tanto respira lenta, profunda y controladamente.
#7 – Mantente Caliente: cuanto más frío tienes, más energía utiliza tu cuerpo – y por lo tanto más aire te tragas. Recuerda que tu cuerpo pierde calor unas 20 veces más rápido en el agua que en el aire, por lo tanto asegúrate de llevar la protección adecuada para evitar enfriarte demasiado.
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#8 – Sin Manos: No utilices las manos – usa las aletas. Nadar con las manos es generalmente ineficaz y solo provoca que trabajes más intensamente, utilizando el aire con más rapidez. (La excepción aquí, naturalmente, es que tengas alguna limitación física para aletear).
#9 – Bucea Más: cuantas más inmersiones hagas, más familiarizado te encontrarás con el equipo, por consiguiente más cómodo te sentirás en el agua y naturalmente más relajado estarás en tus inmersiones (recuerda el punto #5).
Así pues, la próxima vez que vayas al agua, intenta practicar estos pequeños trucos y verás muy pronto que estarás más tiempo que en tus inmersiones anteriores – ¡y lo verán tus compañeros!