Por Laura Walton
¿Qué nos hace hacer lo que hacemos? La psicología es el estudio del comportamiento; lo que la gente hace y piensa. El entorno bajo el agua crea desafíos únicos para nosotros y esto tiene un impacto fascinante en nuestro comportamiento. Como buceadores, nos podemos beneficiar de:
Entender cómo funciona nuestro cerebro bajo el agua
Todo lo que hacemos está organizado por nuestro cerebro y sistema nervioso. Todas las acciones que tomamos dependen de procesos mentales como la percepción, atención y memoria. Estar bajo presión en un entorno no familiar puede desorientar el cerebro y causar cambios en lo que hacemos y pensamos. Cuando buceamos, podemos experimentar narcosis por respirar gases comprimidos. Si sabemos cómo estos problemas afectan nuestro comportamiento como buceadores, podemos hacer ajustes y compensar por dichos cambios.
Nuestro razonamiento, atención y concentración están afectadas por el estrés, sueño, fatiga y ánimo. Cuando buceamos, necesitamos estar alerta y conscientes de la situación, así como de nosotros mismos. Esto significa que la decisión de bucear se basa en la aptitud física y psicológica.
Estar al control de nuestras acciones mientras buceamos
Como buceadores, conocemos las reglas de seguridad en el buceo. Seguimos un plan para prevenir lesiones o enfermedades y debemos ascender lentamente. Necesitamos responder a problemas de manera calmada y efectiva usando nuestras destrezas. A veces experimentamos factores estresantes durante una inmersión, como una máscara por la que entra agua, fuertes corrientes o baja visibilidad. Puede que nos estresemos por sensaciones incómodas y nuestros propios pensamientos. Nuestras decisiones están influenciadas por otras personas y nuestras predicciones sobre qué piensan de nosotros.
Miedo, frustración o ansiedad pueden elevar nuestro ritmo cardíaco y respiratorio. Emociones pueden obligarnos a reaccionar rápidamente y cometer acciones que son poco útiles. Sin embargo, hay muchas maneras de enfrentarse a pensamientos de ansiedad y podemos calmar nuestras reacciones mediante técnicas sencillas. Las destrezas psicológicas se pueden aprender y practicar. Si podemos regular nuestras emociones cuando nos enfrentamos a factores estresantes, somos capaces de tener más control sobre lo que hacemos en respuesta.
Creando experiencias de aprendizaje efectivas
Convertirse en buceador es una experiencia emocionante y desafiante. Expandimos nuestro conocimiento y destrezas de manera que funcionamos en el hábitat bajo el agua. Dominamos destrezas en el uso de equipo de buceo para bucear de manera segura. También aprendemos sobre física, biología y el medioambiente para navegar por este mundo desconocido. Todo eso crea conexiones en nuestro cerebro y cuerpo. Las células de nuestro cerebro se conectan para formar puentes que albergan información en nuestra memoria. Las conexiones de células nerviosas se fortalecen cuando enseñamos a nuestros músculos y tendones a realizar destrezas de buceo a través de la práctica. Para hacer con que estas conexiones sean más fuertes, usamos métodos efectivos de enseñanza en entornos donde los buceadores se sienten seguros de manera física y mental para desarrollar sus destrezas.
Aprender a bucear puede cambiar la manera en la que nos vemos y lleva a tener más confianza. Nos enfrentamos a desafíos y al estrés de manera exitosa. Entender nuestro comportamiento mejor puede mejorar nuestras inmersiones y, a cambio, el buceo puede mejorar nuestra salud psicológica.
En el PADI Psychological Diver distinctive course, nos sumergimos para entender qué nos hace hacer lo que hacemos como buceadores. Para explorar la psicología del buceo en profundidad, visita www.scubapsyche.com.