Escrito por Adele Verdier-Ali
No hay muchos destinos de vacaciones que sean sinónimo de lujo como Maldivas. Solo tienes que mencionar el país y evocarás imágenes de resorts glamurosos en islas privadas visitadas por ricos y famosos de todo el mundo. ¿Celestialmente exótico? ¿Prohibitivamente caro?
Para muchos, las Maldivas son un destino de luna de miel único en la vida o simplemente quedan relegadas al final de una lista poco realista. A pesar de que algunos buceadores se quedan embobados con la diversidad de arrecifes de coral y vida marina salvaje en las aguas del país, muchos asumen que el destino está simplemente fuera de su alcance, especialmente aquellos que no quieran unirse a un crucero de buceo.
Un país, dos mundos
Hasta 2011 sería correcto pensarlo. Porque hasta entonces, la ley de Maldivas dictaba que debería haber una clara división entre islas que aceptaban a turistas y aquellas donde vivían los locales. Esta decisión se tomó en parte porque el 100% musulmán se encontraba bajo una mezcla de common law y ley sharia. Mientras que en las islas locales el alcohol y el cerdo están prohibidos y la gente se viste de manera modesta y tradicional, dichas leyes no se aplican en las islas resort.
Así que, hasta hace cinco años, los turistas que volaban al país eran recibidos en el aeropuerto y llevados directamente a su isla resort privada. Solían permanecer allí durante la totalidad de su estancia y los locales maldivos seguían con sus vidas en sus islas deshabitadas. Y los dos nunca se encontraron.
Cambio en la ley
Pero no más. En 2011, se cambió la ley de manera oficial para permitir establecimientos turísticos en las islas de los locales. Aunque las reglas allí siguen siendo las mismas, el creciente número de turistas en las islas cada mes muestra que a los visitantes no les importa pasar una o dos semanas sin beber o sin un bocadillo de embutido de cerdo. Durante los últimos cinco años los establecimientos de hospedaje en esas islas se han reproducido a un ritmo extraordinario. Y aunque nunca tendrán precios comparables a los de otros sitios para mochileros del sureste asiático, las tarifas son extremadamente competitivas con respecto al mercado de resorts; algunos ofrecen una habitación desde 40 dólares por noche.
Naturalmente, la calidad que encontrarás variará según el lugar. Aunque se suele referir de manera general a esos establecimientos en las islas locales como guesthouses, algunos se podrían describir más bien como hoteles de boutique; con habitaciones espaciosas, restaurantes excelentes y algunos hasta piscina.
¿Y eso cómo afecta a los buceadores?
Gracias al influjo de turistas, muchas de esas islas albergan un PADI Dive Center y en algunos casos (como en la capital de las guesthouses, la isla Maafushi) hay varios. Muchos de los que llevan esos centros tienen años de experiencia en la industria de resorts, lo que resulta en un servicio del más alto nivel. Las tarifas de buceo suelen ser más baratas que en resorts, así que si tienes un presupuesto ajustado, es una gran opción. La mayoría de centros bucean con los barcos tradicionales de Maldivas, dhoni, así que el nivel de confort es similar. Los sitios de buceo son los mismos independientemente de cuánto hayas pagado.
¿Por qué no unirse a un crucero de buceo?
Verdad. Antes del despunte de la industria de las guesthouse, los buceadores que buscaban gastar la mayor parte del presupuesto en bucear tenían que unirse a un crucero de buceo. Algo fantástico si tú y tu pareja ambos buceáis. ¿Pero alguien que no bucee en un crucero de buceo? Pronto descubrirán el significado de claustrofobia. Por eso una isla local es una muy buena elección para buceadores que desean cuidar el presupuesto y viajar con alguien que no bucee.
Mientras que en algunos resorts snorkelers y buceadores normalmente van en excursiones en barco separados, en las islas locales ambos suelen hacerlo juntos ya que las operaciones son a menor escala. Eso significa que no estarás lejos de tus allegados por mucho tiempo; podéis disfrutar del viaje en barco juntos, buscando delfines y disfrutando del sol. Cuando lleguéis al sitio de buceo, podrás realizar tu inmersión mientras tu compañero no buceador se puede quedar en la superficie y practicar snorkel. Y si no les apetece el barco, siempre pueden quedarse en la isla y disfrutar de la playa. Muchas de las islas locales ahora tienen porciones de playa reservadas para sus clientes para que se puedan bañar en biquini.
La experiencia en una isla local
Quedarse una isla local tiene muchas ventajas. Es mucho más barato y hay muy buenas opciones en acomodación. Una parte más grande de tu presupuesto puede dedicarse al buceo, lo que es siempre un plus. Pero los visitantes no pueden esperarse la misma experiencia que estar en un resort. En una isla local, se espera que los visitantes convivan con los isleños y respeten sus normas culturales, cubriéndose desde los hombros hasta las rodillas cuando se encuentren lejos de una playa. Como se ha dicho, no hay alcohol, aunque al bucear ya deberías restringirlo de todas maneras. La comida es más limitada, pero deliciosa; mucho pescado fresco, barbacoas y agua de coco.
Así que si buscas experimentar las Maldivas de verdad, lejos de la ostentación de los resorts, para descubrir la cálida hospitalidad local y un modo de vida que no ha cambiado mucho en siglos, una isla local es muy buen sitio para empezar.
Sobre la autora:
Adele Verdier-Ali es una escritora sobre viajes freelance y marketer de contenidos que ha vivido en Maldivas durante los últimos seis años. Es PADI Rescue Diver certificada y cuando no está en el agua, escribe sobre la cultura y turismo en Maldivas. Puedes leer más sobre ella en www.littlebirdjournal.com