Completar el curso PADI Divemaster es un gran paso, ya que estás pasando de ser un apasionado buceador recreativo a convertirte en un profesional, dedicando tiempo y esfuerzo a la industria del buceo. Por eso es tan importante completar el curso con un Instructor PADI en el que confíes y con el que te sientas cómodo.

¡Por ello, tuve el privilegio absoluto de certificar a mi propia madre como una PADI Divemaster!

Nikky Weglop y su madre bucean cogidas de la mano bajo el agua

Empezamos a bucear juntas hace nueve años, cuando yo sólo tenía 13 años. Por aquel entonces, era ella quien me arrastraba al agua, me introducía en el mundo subacuático y me enseñaba a ser una buceadora ecológico. Yo no lo sabía entonces, pero aquel primer curso -PADI Open Water Diver – fue el comienzo de una pasión para toda la vida. Nos inspiró tanto que más tarde cofundamos una organización dedicada a limpiar playas y proteger el océano.

El buceo se convirtió en mucho más que un pasatiempo para nosotros. Era un amor compartido y una forma de contribuir a la conservación marina mientras pasábamos tiempo juntas.


Convertirme en Instructora

Pasaron unos años y, a los 19, me convertí en Instructora de buceo PADI. Para entonces, el buceo había moldeado mi vida de una forma que no esperaba y sabía que quería dedicarme a ello. Mi madre había continuado su propio viaje de buceo a mi lado y, cuando llegó el momento de dar el siguiente paso y convertirse en Divemaster, me pareció natural que yo la certificara.

El curso PADI Divemaster es conocido por ser a la vez desafiante y gratificante. No se trata sólo de mejorar tus técnicas de buceo, sino también de aprender a dirigir, enseñar e inspirar a los demás. Ver a mi madre pasar por esta transformación de primera mano fue una de las experiencias más increíbles de mi vida.


Formación conjunta

Mi madre me ayudó con cursos y programas de formación, practicando sus técnicas hasta que se sintió completamente segura en cada una de ellas. Desde perfeccionar demostraciones de flotabilidad hasta guiar inmersiones, asumía cada reto con determinación. Algunas técnicas le salían de forma natural, mientras que otras requerían más práctica, pero nunca se daba por vencida. Vi cómo aumentaba su confianza con cada buceo, cada sesión informativa y cada Alumno al que ayudaba.

Uno de los momentos más memorables fue cuando alcanzó su buceo número 100 durante uno de los buceos de entrenamiento. Como pequeña sorpresa, le preparé un «100» en una pizarra para que pudiera hacerle una foto. Pude ver la felicidad y el alivio en sus ojos, ya que era un gran objetivo para ella. Fue un momento de orgullo, no sólo para ella, sino también para mí, su instructora y su hija.


La madre de Nikky Weglop buceando frente a un arrecife

Más que una certificación

Esta experiencia fue algo más que completar un curso. Fue un recordatorio de por qué ambas nos enamoramos del buceo en primer lugar. Reforzó nuestros lazos de una forma difícil de describir. Bajo el agua, ya no éramos sólo madre e hija, sino también un equipo.

Ahora, cada vez que buceamos juntas, hay un entendimiento tácito entre nosotras. Sabemos cómo piensa la otra bajo el agua, cómo reaccionamos en diferentes situaciones y cómo trabajar juntas sin problemas. Es una conexión especial que no mucha gente llega a experimentar, y me siento increíblemente afortunada de haber compartido este viaje con ella.


La belleza de bucear juntas

Completar este viaje juntas ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Me ha recordado por qué me enamoré del buceo, no solo por la aventura, la vida marina o los increíbles destinos, sino también por las conexiones que establecemos por el camino.

El buceo nos ha dado innumerables recuerdos, desde nuestra primera inmersión hasta la cofundación de una organización de conservación, pasando por viajar juntas por el mundo buceando en los lugares más increíbles. Y esto, certificar a mi propia madre como buceadora profesional, es un momento que recordaré siempre.

Para cualquiera que esté considerando el curso Divemaster PADI, mi consejo es sencillo: elige un Instructor o Centro de Buceo en el que confíes, uno que te empuje a dar lo mejor de ti mismo a la vez que te hace sentir apoyado. Puedes encontrar los mejores Centros de Buceo cerca de ti utilizando la página PADI Dive Shop Locator.

Si tienes la suerte de compartir esa experiencia con un ser querido, el viaje será aún más especial.


Escrito por la bloguera invitada Nikky Wegloop, PADI Mermaid and Scuba Instructor, fundadora de Mi Moana organización sin ánimo de lucro para la conservación marina a través de la reducción de la contaminación por plásticos de los océanos.

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