«El mar no es una barrera: es una oportunidad».
La mayoría de los Profesionales PADI comienzan su viaje con un amor por el océano. Para Mario Gemo Guilamba, empezó con miedo. Al crecer en el distrito de Jangamo, Mozambique, en una pequeña comunidad donde más del 90% de la gente no sabe nadar y el acceso a la educación es limitado, el océano estaba siempre presente y al mismo tiempo fuera de su alcance.
«Crecer en un lugar como éste, donde el océano forma parte de nuestra vida cotidiana pero, al mismo tiempo, es una barrera infranqueable para muchos, siempre ha sido una paradoja para mí», afirma Mario. «Hoy, soy el primer PADI Divemaster de mi comunidad, algo que me llena de orgullo y gratitud por el camino de superación de retos y la transformación que he experimentado.»
Del miedo a la primera embolia
La historia de Mario empezó sin saber nadar. «Nunca imaginé que, años después, estaría explorando las profundidades oceánicas y guiando a otros en este camino», dice.
Al principio, la idea de convertirse en Divemaster parecía casi inalcanzable. «Apenas sabía nadar y, sinceramente, me daba miedo el mar», recuerda. Pero a pesar de ello, Mario sintió una llamada. «Mi pasión por el agua y mi deseo de romper las barreras que impiden a mi comunidad interactuar con el mar me motivaron a enfrentarme a mis miedos y limitaciones. Cada clase de natación, cada buceo y cada pequeño progreso me empujaban hacia adelante. Con cada reto superado, estaba más cerca de alcanzar mi sueño».
Aprender a nadar y enseñar
Gracias al programa de natación de Love The Oceans, Mario aprendió por fin a nadar, una victoria monumental en sí misma. «Es la única iniciativa de natación de nuestra comunidad y totalmente gratuita», explica.
Pero aprender no era suficiente. «Me di cuenta de que tenía que hacer algo más. No bastaba con adquirir estos conocimientos; tenía que compartirlos con los demás».
Esa constatación llevó a Mario a unirse al programa Campeón de Conservación de los Océanos (OCC) de Love The Oceans, un programa de prácticas para niños y jóvenes de la zona, donde se convirtió en profesor de natación. «Con cada persona a la que ayudaba a superar su miedo al agua, con cada Alumno que conseguía flotar por primera vez, sentía que estaba cumpliendo una misión mucho mayor», afirma.
En esa función, Mario empezó a ver el océano de otra manera: «Empecé a ver el impacto positivo que podía tener en la vida de los demás, cambiando la forma en que veían el océano: no como algo aterrador, sino como un lugar de oportunidades y belleza».
Bucear más profundo
Poco después, como parte del programa OCC, Mario obtuvo su certificación PADI Open Water Diver. Nos cuenta: «Tras obtener el título de buceador, me di cuenta de que mi viaje de aprendizaje no había hecho más que empezar. El océano, con toda su inmensidad, me llamaba a algo más».
Ese «algo más» resultó ser la fotografía y la narración de historias. «Gracias ala tutoría de Love The Oceans y sus narradores visitantes, he aprendido a captar la belleza del océano y a contar historias de forma visual y atractiva», afirma Mario. «Esto se ha convertido en algo más que una técnica: es mi misión. Mostrar a la gente las maravillas que existen bajo la superficie y cómo debemos protegerla, al tiempo que comparto las historias de quienes, como yo, superaron sus limitaciones.»
Cómo convertirse en Profesional PADI
Desde entonces, gracias a la colaboración entre Love The Oceans y PADI, Mario ha obtenido las certificaciones PADI Advanced Open Water Diver, EFR, Rescue Diver y Divemaster. Colabora en proyectos de conservación de corales y otras investigaciones marinas, y ha completado seis meses del programa de la Ocean School, aprendiendo más sobre el océano, las amenazas a las que se enfrenta y por qué su protección es más importante que nunca.
«Hoy, con todos estos logros, me siento más seguro y profesional en lo que hago», dice Mario. «Ser el primer Divemaster mozambiqueño de mi comunidad, y el primero en capturar y contar historias visuales desde las profundidades del mar, me llena de orgullo. Pero lo más importante es que quiero ser un ejemplo vivo de que, con determinación, pasión y perseverancia, cualquiera puede superar sus mayores retos.»
Se apresura a señalar que su viaje no ha sido fácil. «Ha estado lleno de momentos difíciles, dudas y obstáculos – pero cada paso merece la pena, y sigo aprendiendo».
Retribuir a la comunidad
«Ahora quiero compartir todo lo que he aprendido con mi comunidad, inspirar a jóvenes y adultos para que nunca renuncien a sus sueños, proteger el océano y demostrar que incluso lo que parece imposible puede conseguirse», señala Mario.
Ya sea enseñando a alguien a nadar por primera vez, recopilando datos científicos marinos para contribuir a los esfuerzos de protección de Love The Oceans o capturando la belleza del mundo subacuático en una fotografía, la misión de Mario es clara: «Devolver a mi comunidad todo lo que el océano me ha dado. Quiero que todos los presentes vean que el mar no es una barrera, sino una oportunidad, y que los sueños, por lejanos que parezcan, pueden hacerse realidad con esfuerzo y pasión.»
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