Llegué a Tenerife hace casi cinco años, sobrecargada de mi trabajo corporativo como desarrollador front-end en Polonia. Por aquel entonces, apenas sabía nadar y no tenía ni idea de lo que era el buceo, pero buscaba un respiro en mi vida. Después de apuntarme a todos los cursos, desde Open Water Diver a Divemaster respiré por primera vez bajo el agua y me enamoré al instante.

Poco después llegó la pandemia, que me dejó bloqueada a los dos meses de empezar mi entrenamiento. Sin trabajo y con unos ahorros cada vez más escasos, empecé a nadar todos los días cuando nos lo permitían, y poco a poco fui cogiendo fuerzas para nadar dos kilómetros (1,25 millas) sin esfuerzo en El Médano, Tenerife. Tras obtener la certificación Divemaster, me inscribí inmediatamente en el curso de desarrollo de Instructor PADI , aunque no estaba segura de tener la fuerza mental necesaria.


Convertir el miedo en fuerza

En julio de 2020, me convertí en Instructora PADI. A pesar de mis miedos, puse todo mi corazón en guiar y enseñar a los demás. En el 2022, empecé a centrarme en la enseñanza individual, ayudando a los alumnos a superar los mismos miedos que yo tuve una vez. Hoy, como PADI Staff Instructor , me siento fuerte, segura de mí misma y agradecida, no solo por bucear, sino por la gente y las experiencias que me han convertido en lo que soy hoy.


Superar los abismos de la vida

Mi camino no fue fácil. Antes de encontrar la paz del buceo, sobreviví a abusos físicos y mentales, fui violada y luché dos veces contra el cáncer. Durante mucho tiempo no creí merecer la felicidad. Pero con cada buceo y cada Alumno que guiaba, empezaba a curarme.

Este año he vivido un nuevo hito: mi primer viaje al Mar Rojo. El safari no fue sólo una aventura de buceo; fue profundamente terapéutico. Supuso un paso más para dejar atrás los traumas de mi pasado y abrazar la alegría que durante tanto tiempo creí no merecerlo.

Monica Wisona cerca del mar
Monica Wisona buceando en Tenerife

Un mensaje de fuerza

A cualquiera que se sienta perdido: Eres lo bastante fuerte. El buceo no sólo me salvó a mí, sino que me dio una forma de conectar con los demás, comprender sus miedos y guiarles para superar sus retos. Veo a cada uno de mis alumnos como parte de mi familia submarina. A través del buceo, encontré la paz y la convicción de que merezco la felicidad, y tú también.

Mi mensaje para cualquiera que esté luchando es el mismo: eres lo bastante fuerte. El camino es duro, pero merece la pena. Haz de tu vida un sueño, porque solo tienes uno.


¿Listo para empezar tu viaje de buceo?

Aventúrate y comienza hoy mismo tu aventura submarina.


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Este artículo ha sido escrito por la bloguera invitada, PADI Staff Instructor Monica Wiosna.

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